Para mí, los demonios son los miedos que te persiguen, aunque estés siempre evitándolos. Sabes que si no los evitas, lo más seguro es que te superen y te pongan del revés, destrozándo todo por lo que te has esforzado.
Hoy, cuando ya hacía mucho tiempo que sentía a mis demonios lejos e inofensivos, cuando ya creía que nunca más iban a ponerme en riesgo, uno se ha manifestado.
Y ahora, ¿me enfrento a este miedo o mejor le intento esquivar? Creo que si nunca me enfrento y consigo salir victoriosa, siempre tendré este miedo y seguiré siendo tan insegura. Pero si por el contrario me enfrento y pierdo... no quiero ni pensarlo.